Fallece Manolita Chen, El Musa Del Teatro Chino

¿Quién de nosotros que tenga una cierta edad no ha oído hablar del Gran Teatro Chino? Seguro que lo recordareis situado a la izquierda de la Puerta de Hierro de nuestro Paseo Ferial albaceteño, con esas luces y carteles presentando a exuberantes muchachas todas ellas de buen ver ¡Que tiempos! Manolita Chen era una de las que se lucían, y lamentablemente falleció el pasado 8 de enero.

FALLECE MANOLITA CHEN, EL MUSA DEL TEATRO CHINO

Manolita Chen y su Teatro Chino.
Imagen gentileza de Juan José Montijano Ruiz.

Contaba con 12 años de edad cuando Manuela Fernández Pérez comenzó a trabajar, para 5 años después casarse con el empresario chino Chen Tse-Ping, de quien cogió el apellido y junto al teatro Chino empezó a recorrer toda la geografía española, incluido Albacete.

La vedette que desafió a Franco

La vedette falleció el pasado 8 de enero en la Residencia de Mayores de las Espartinas, en Sevilla, donde vivía su retiro voluntario desde hace años.

El mundo se quedaba prendado de Gilda quitándose el guante cuando en España nacía, artísticamente hablando, Manolita Chen, transgresora especialmente al no derivar sus inquietudes artísticas a las convencionales de la España de la postguerra.

A pesar de la censura española en la que se cortaban las películas americanas con mujeres en bañador, ella pudo esquivar el franquismo durante 40 años con el primer teatro ambulante de España, el Teatro Chino, del que pronto saldrían imitadores como el Teatro Lido (Pepita Hervás), el Argentino (Manolo Llorens) o el otro Chino de Antonio Encinas.

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En el libro “La vedette que desafió a Franco”, se la define como “una mujer que ofrecía al público lo que éste deseaba ver: los bikinis más cortos, los escotes más pronunciados, los “sketches” más picantes, las chicas más atrevidas, el primer número de lesbianismo que se vio en España… y, por ello, tuvo que enfrentarse a la acuciante tijera de la censura”.

Con 12 años su padre respetó la decisión de Manolita y decide, recién terminada la Guerra Civil, explorar las inquietudes artísticas de su hija en el conservatorio de Laura de San Telmo, donde se dieron cuenta de que no sería una artista más.

Manolita y Jesús (nombre español que adoptaría al nacionalizarse su marido Chen Tse-Ping), cuando apenas llevaban unos meses trabajando en el Teatro Price, deciden montar su propia empresa, y con 23 años y una niña recién nacida no se dieron cuenta de que había surgido una estrella, el teatro itinerante era reclamado por toda España, no en vano por el desfilaban las mejores actuaciones del momento; Arévalo, Bigote Arrocet, El Fary, Fernando Esteso, Florinda Chico o Juanito Valderrama entre otros. Además contaba con actuaciones de transformistas, malabaristas, contorsionistas o magos.

Entre todas las actuaciones mencionadas, aparecía Manolita Che, sus vestidos exuberantes y magníficos, sus curvas increíbles, sus proporciones que desafiaban la ley de la gravedad, canciones con alegatos a todo a pesar del franquismo, sabiéndose casi intocable la persona que había quitado la depresión a muchos españoles tanto de aldeas como de grandes ciudades.

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La gran “biblia” del Teatro Chino de Manolita Chen.

Antes de acabar los años 70, Manolita sufriría un traspiés en su carrera al serle detectado un tumor en el oído, el cual le provocaría una parálisis facial, obligándose por ello a dejar el escenario. Su marido continuaría al frente hasta el año 1986, año en el que las Hermanas Hurtado y los Hermanos Calatrava firmaban su último contrato. Pero para entonces ya habían ganado suficiente como para no pasar apuros económicos.

Unos años después de fallecer su marido en 1997, Manolita decide vivir en la residencia de mayores de las Espartinas, allí cerca se sitúa el recinto ferial sevillano, lugar donde su teatro habría puesto en tantas ocasiones el cartel de no hay entradas en la Feria de Abril.

Sin embargo, Margarita no se despertó la mañana del 8 de enero. “Se ha ido de muerte natural, tranquila, sin molestar”, explicaba un portavoz de las instalaciones. Murió durante la madrugada, una madrugada en la que la gran musa de la España en blanco y negro pasó de ser leyenda a ser historia.

La tranquilidad vivida en los últimos años de su vida fue la tuvo en su sepelio, solo han acudido su hija, nietos, yerno, un amigo de la familia. No ha habido prensa. Nadie fuera de su círculo sabía que había fallecido y nadie más que ellos ha visto como descansa ya junto a los restos de su marido. El propio biógrafo ha cerrado la tapa de su féretro, para cerrar asimismo casi nueve décadas de vida de una mujer irrepetible.

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Tráiler del documental de Alberto Esteban sobre el Teatro de Manolita Chen.

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